viernes, 5 de septiembre de 2008

UN ASTURIANO EN EL LEJANO ORIENTE: Reencuentros

   Tras el fin de semana en el campo me desperte  de nuevo en casa de mi amiga en Seul. Como tenia bastante hambre decidi invitarla a desayunar y le pedi que me llevase a algun sitio tipico. Asi fue como a las 9 de la mañana me encontre sentado en el suelo de un restaurante frente a una pota con carne gisada, vegetales y arroz. El colacao y las galletas aun no han llegado a Corea. Mi amiga me conto que ese plato es muy bueno para los dias de resaca. Yo diria que o te revive o te mata definitivamente.
   Ya con el estomago lleno, nos fuimos al Trade Center, un edifcio enorme que hace las veces de centro comercial, centro de negocios y centro de convenciones. El lugar impresiona. Alli nos esperaba mi amigo Joon. Por mas que os lo quiera describir es imposible. Solo puedo decir que es todo un personaje. Tras un intento fallido de dar un paseo en barco por el rio que cruza Seul, quisieron llevarme a comer a un restaurante donde supuestamnente preparaban un pollo riquisimo. Asi es que empezamos una caminata de unos 40 minutos tratando de encontrar el famoso restaurante. Tengo que decir que al medio dia en Seul hace un calor digno del desierto de Arizona. Asi que a medida que caminabamos sin encontrar el sitio a mi se me iban hinchando mas y mas las (ganas de comer pollo). Creo que los coreanos son los unicos capaces de parecer extranjeros en su propio pais. Solo se que ellos estaban mas perdidos que yo, hasta que finalmente encontramos el restaurante... y como no podia ser de otra forma estaba... cerrado. En ese momento si tengo algun tipo de arma a mano mato a mis dos amigos. Para colmo esa gente es lo mas indeciso que he visto en mi vida. Asi que os podeis imaginar la mala leche que yo tenia en aquel momento, bajo el sol abrasador de Seul, tras 40 minutos caminando, con dos pollos sin cabeza discutiendo en coreano, sin contestar a mis preguntas como si ocultasen algo y llendo de un lado para otro sin tener ni idea de donde llevarme a comer. Finalmente entramos a un restaurante cualquiera, y resulto todo un acierto. La comida estaba muy buena y el lugar era tipico, tipico (como a mi me gusta). 
   Despues de la comida, y como aun seguiamos cansados, decidimos ir a tomar un cafe. La mayoria de las cafeterias en Seul son franquicias americanas y europeas. En cualquier esquina te encuentras un starbucks. La mayor diferencia es que son enormes. Normalmente ocupan dos o tres plantas de un edificio, y aunque parezca imposible estan llenas. La gente joven en Corea adora lo de ir a estos sitios y sentarse a charlar, en especial las parejas. Para mi la explicacion esta en lo puritanos que son en ese pais. Segun me contaban esta muy mal visto que una pareja se bese en publico, y verlos de la mano, o mostrando algun tipo de afecto es complicado. Con estas, que alternativa les queda?... ir a tomar un cafe. Pero vamos, que la tension se palpa en el ambiente. Yo vi algun que otro intento de entrar a matar y las novias haciendo la cobra.
   Tras el descanso Joon se marcho y Rosa y yo nos fuimos a dar un paseo (como si no hubiesemos caminado ya bastante). Primero fuimos a la universidad en la que mi amiga habia estudiado. Que creeis que tienen en comun todas las universidades del mundo? Efectivamente, la cafeteria. Aunque yo en esos ambientes me muevo como un pez en el agua, creo no consegui pasar del todo desapercivido. Los estudiantes me miraban raro, supongo que seria porque era el unico que hacia fotos al menu. Despues de nuestra inmersion en el mundo universitario, continuamos el paseo por un parque cercano (como el de Isabel la Catolica pero a lo bestia). El sitio en cuestion no estaba nada mal. Incluso tenia una especie de parque de atracciones perdido en el interior. La vista desde lo alto de la noria hizo que la caminata mereciera la pena.
    La tarde ya tocaba a su fin, y habiamos quedado con mi otra amiga coreana de Corpus, asi que nos pusimos en camino. Tomamos otro cafe con ella para ponernos al dia (ya hacia mas de un mes que no la veia) y despues ella quiso invitarme a cenar, asi que fuimos al mismo barrio donde habiamos comido, y de noche estaba impresionante con todas las luces de los restaurantes encendidas. La verdad que parecia un escenario de pelicula. Tras la cena, por fin pudimos dar el paseo en barco por el rio, y creo que fue una suerte hacerlo de noche. La vista era impresionante, con todos esos puentes, y los edificios iluminados, precioso! Una manera genial de terminar el dia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario