martes, 16 de septiembre de 2008

UN ASTURIANO EN EL LEJANO ORIENTE: Ultimo dia en Seul

   Nada mejor para empezar bien el dia que un buen desayuno casero preparado por la madre de mi amiga. Lo mas rico de todo una especie de bollos blancos que se llaman flower bread. Supongo que por la forma a capullo de flor que tienen.
   El plan para ese dia era irnos de turismo por Seul. Primero fuimos a Gyeongbokgung, un palacio enorme al norte de la ciudad. Aparentemente es el mas importante y grande, pero estaban en obras, asi que solo pudimos ver una pequeña parte. Despues tomamos un taxi y nos fuimos a otro palacio. Este era mas pequeño pero lo pudimos ver entero y la verdad que estaba muy bien. Para mi desgracia una de las cosas mas espectaculares de Seul, la que era la puerta sur de la ciudad y el tesoro nacional numero uno, ya no se puede ver. Un loco le prendio fuego en febrero de este año y no quedo nada en pie. Al parecer la estan reconstruyendo, pero casi que no es lo mismo. Esto me hace pensar en aumentar las medidas de seguridad en el elogio del horizonte. Cualquier desalmado podria volarlo por los aires y yo no me recuperaria del disgusto.
   Para comer me llevaron a un minusculo restaurante estilo japones que estaba perdido dentro de un portal. Nadie diria que alli habia un restaurante. El lugar tenia solo 4 mesas y la barra, pero la comida me encanto. Especialidad en frituras rebozadas.
   La tarde la dedicamos a conocer dos zonas diferentes para hacer compras. La primer tenia un aspecto moderno, con tiendas de ropa y grandes cafeterias. Ahi pude comer unos pasteles riquisimos hechos con una especie de hilos de miel y azucar y rellenos de almendras o cacahuetes. Los hilos los hacen delante tuyo y es espectacular ver como empezando de un solo bloque de masa consiguen ir dividiendolo de dos en dos hasta que quedan unos hilos finos como pelos. La otra zona era mucho mas tradicional y vendian sobre todo articulos para turistas. La calle estaba abarrotada de gente comprando y la anectota fue cuando un muchacho me paro para preguntarme si se podia hacer una foto conmigo (a esas alturas del viaje yo ya me estaba haciendo famoso). Ahi me llevaron a tomar un te tradicional a una casa de te. El sitio era de unos monjes y lo tenian entero decorado con historias budistas. Me resulto muy curioso poder encontrar un sitio tan tranquilo en una calle tan llena de gente.
   Para recuperarnos de todo el dia caminando nos fuimos a una especie de rio que estaba cerca y en el que todo el mundo metia los pies para refrescarse. Por supuesto nosotros hicimos lo mismo.
   Como ya se hacia tarde nos pusimos en camino al restaurante donde el tio de Rosa me iba a invitar a cenar. El lugar era elegante de narices, aunque por supuesto la gente se sentaba en el suelo. Alli tuve el honor de comer el pimiento mas picante que he probado en mi vida. Tomando el postre me seguia picando.
   Ya para terminar el dia, la tia de Rosa nos llevo a la torre de Seul. Es como el piruli en Madrid, pero encima esta en lo alto de una montaña. Tomamos un teleferico que nos dejo en la base de la torre y despues el ascensor. La vista desde ese lugar es algo increible. Seul entero, iluminado de noche estaba a nuestros pies. Hay una costumbre en la torre. Las parejas entrelazan dos candados en la barandilla y arrojan la llave al vacio. No os podeis imaginar la cantidad de candados que habia. Parece que la gente sigue creyendo en el amor.
   La vuelta a casa fue horrible. Tan cansado como estaba, aun me esperaban 3 metros, un autobus y un taxi.























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