jueves, 8 de junio de 2017

DIARIO DE ABORDO: Regreso a Barcelona

   Que poco dura lo bueno. Siete días pueden pasar despacio o deprisa. En un crucero por el mediterráneo con todo incluido pasan que ni te enteras.
   Y ahí estábamos nosotros, amaneciendo de nuevo en el puerto de Barcelona después de una semana increíble. Disfrutamos de nuestro último desayuno abordo y sobre las 10 de la mañana desembarcamos.
   Lo primero que hicimos fue llevar las maletas a una consigna que había en la plaza de Cataluña. Desde ahí salen los autobuses que te llevan al aeropuerto. Nuestro vuelo salía por la tarde y queríamos aprovechar el tiempo por la ciudad sin cargar el equipaje.
   Nos dio tiempo a visitar la catedral. En una visita anterior no nos habían dejado entrar por los pantalones cortos. También pasamos a rendir culto a la fuente de canaletas. Un culé como yo debe peregrinar a esa fuente al menos una vez en la vida.
   Seguimos haciendo tiempo paseando por el mercado de la boqueria. Es impresionante cómo tienen todos los productos expuestos. Apetece comprar de todo.
   Ya para terminar, y aprovechando que en Asturias no hay templos gastronómicos de tan alto nivel decidimos hacer un esfuerzo y fuimos a comer al afamado KFC, o lo que viene siendo el: Pollo Frito de Kentucky! Después del delicioso menú gourmet, el café lo tomamos en la cafetería del Corte Ingles de plaza Cataluña mientras esperábamos que llegase la hora de nuestro autobús. Ya habíamos estado en esa misma cafetería el día que llegamos a Barcelona para iniciar nuestro viaje, y las vistas de la ciudad seguían siendo espectaculares desde sus ventanales.
   Y así concluyó todo. A la hora prevista salió nuestro vuelo y volvimos a la tierrina. Habíamos dejado atrás una semana para el recuerdo y volvíamos con la certeza de que más temprano que tarde, siempre que se pueda, volveremos a hacer un crucero. Una experiencia muy recomendable.


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