Salir a tomar unas botellas de sidra o unas copas de vino y volver para casa cenado sin haber gastado un euro en comida, es algo que sólo puede pasar en Gijón.
Y de eso precisamente trata El Pinchómetro. Farturas anónimas, sin padre ni madre pero que llenan el estómago y apenas vacían el monedero.
Dicho esto, no podía empezar por otro sitio que no sea Bodegas Anchón (c/Manuel Junquera 30 - Gijón). No contentos con tener la barra llena de pinchos, de vez en cuando te sorprenden con alguna delicatessen propia de la mejor abuela. En esta ocasión, todo un señor huevo frito con sus patatinas. Vamos, que sólo faltaba pedir un yogur de postre y listos para irse a dormir cenados.
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