sábado, 18 de diciembre de 2010

UN ASTURIANO EN EL LEJANO ORIENTE: Ultimos dias


   Mis ultimos dias en oriente transcurrieron a camino entre Seul y la ciudad dormitorio donde pasabamos las noches en el mini apartamento de la novia de Joon. Diariamente la esperabamos para comer con ella en el descanso de su trabajo, y despues Joon y yo, nos ibamos en autobus a Seul. Aproximadamente unos 25 minutos en un bus de linea.

   Durante esos dias aun me dio tiempo a vivir algun que otro capitulo interesante. Por ejemplo, descubri la reaccion que tiene mi cuerpo al comer curri. Todo paso en uno de esos almuerzos con la novia de mi amigo. Ese dia se les ocurrio la feliz idea de llevarme a un restaurante indu, y claro... puestos a pedir, que sea lo mas tradicional del menu: curri con curri al curri. Solo se que los 25 minutos correspondientes al postre los pase sentado en el w.c. del restaurante sudando como si acabase de jugar un partido de futbol en el desierto del Sahara. El pobre Joon penso que me habia dado algo. Aun recuerdo su voz buscandome en el baño: "David, are you ok?", jajaja. Por supuesto le tuve que explicar que aquello era una tradicion española, en muestra de nuestro respeto al pueblo indu (dejemoslo ahi).

   En nuestras tardes en Seul, en ocasiones con la compañia de mi amiga Rosa, visitamos algun que otro templo que me quedaba por conocer, la casa del presidente del gobierno, el barrio tecnologico, el museo nacional, una antigua carcel de los tiempos de la ocupacion japonesa, y un parque de atracciones llamado Lotte World.

   El barrio tecnologico es una zona de la ciudad donde solo se vende tecnologia. Hay unos 3 centros comerciales enormes dedicados en exclusiva a ello, y los alrededores son mercadillos laberinticos donde puedes encontrar desde el cable mas raro que te haga falta, hasta un gremlin.

   El museo nacional... bueno... es un museo.

   La carcel acojonaba. Despues de la visita entendi porque los coreanos no se llevan bien con los japoneses.

   Y el parque de atracciones... ahi si que se pasaron un pueblo los ingeneros coreanos. El sitio esta en medio de la ciudad, y parte del recinto esta debajo de una cupula enorme. Para llegar alli hay que ir por unos tuneles larguisimos llenos de tiendas y restaurantes. Una autentica ciudad subterranea. Lo que es el parque... bueno. Es una copia un tanto friki de Disney, pero lo pasamos bien.

   Y para el final dejo el momento mas mitico del viaje: La noche en que comi perro. Si, señores y señoras, un asturiano come de todo y nunca deja nada en el plato. La verdad es que pase todo el viaje mentalizandome para ese momento, pero es un plato popular y nunca mas iba tener la oportunidad de probarlo. Asi que... que cojones. Lo comi de dos formas: al vapor y guisado, y la verdad es que dejando a un lado lo que es, no sabe mal.

   Mi ultima noche en Korea la pase de cena con mis amigos. Fuimos a un restaurante del centro donde disfrutamos de una barbacoa. Muy rico todo. Y para terminar la noche nos tomamos algo en un spa-bar. Imaginaros lo chulo que estaba el sitio que bajo las mesas corria un canal con agua caliente donde metias tus pies mientrasdisfrutabas de la bebida. Al terminar te daban una toalla para secarte y los pies te quedaban como nuevos depuesde tanto caminar por tierras asiaticas. Esa fue una buena manera de terminar un viaje increible. Pocas horas despues, y tras despedirme de mis grandes amigos, estaba volando de nuevo rumbo a USA donde iba a darcomienzo otra gran aventura.







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