lunes, 3 de noviembre de 2008

UN ASTURIANO EN EL LEJANO ORIENTE: El Spa


   En mi noveno dia en Corea me toco madrugar otra vez. A las 9:30 teniamos que coger un tren hacia otra ciudad mas al norte. La maleta venia con nosotros pues ya no volveriamos.

   Al llegar a nuestro destino, que mas que ciudad resulto pueblo, nos esperaban dos amigas de Joon que fueron a buscarnos a la estacion en su coche. Con ellas pasamos casi todo el dia. Primero fuimos a comer y despues a visitar un parque donde hace siglos comenzo la historia que le da fama al pueblo. Cuando me quise dar cuenta me habian vestido con un traje regional y "supuestamente" casado con una de las chicas. Hay que ver las cosas que tiene que hacer uno por su pais. Pese a todo, el parque era un lugar muy bonito.

   El cuento dice que un noble se enamoro alli de una plebeya que jugaba durante la noche en un columpio. Los dos se prometieron amor eterno, pero el tuvo que irse a Seul a terminar sus estudios. En su ausencia el nuevo gobernador se enamoro tambien de la muchacha, y al ser rechazado por ella, la condena a tortura y muerte. Por supuesto, la historia termino bien y el noble volvio justo a tiempo para salvar a la chica. Y los dos fueron felices y comieron arroz tres delicias... 

   Supuestamente la historia es cierta. Lo sea o no, todo en el pueblo giraba en torno a ese tema. Ademas coincidio que era un dia festivo por algun motivo relacionado con el cuento, asi que los pillamos de romeria.

   Ya entrada la tarde, mi "supuesta esposa" se tuvo que ir, asi que los tres que quedabamos nos fuimos a esperar a la novia de Joon que se iba a reunir con nosotros para cenar. Para hacer la espera mas amena, se nos ocurrio meternos en un cibercafe. Y que mejor escenario para una de las mias. Nada mas cruzar la puerta, un grupo de unos 10 o 12 niños se abalanzaron sobre mi para abrazarme. Yo debia de ser el primer occidental que veian en carne y hueso. Solo se que me sentia como Indiana Jones cuando libera a los niños de la mina de esclavos. Claro, que con una pequeña dierencia, mi primera reaccion fue llevarme la mano a la cartera para asegurarme de que no se movia del bolsillo de mi pantalon.

   Una vez que la novia de Joon se unio al grupo, una chica encantadora por cierto, nos fuimos a cenar. El restaurante no tenia muy buena pinta que digamos, pero la comida estaba muy buena. Despues de cenar dimos otro paseo por el pueblo, mas que nada para hacer un poco de tiempo antes dirigirnos al "Spa" donde ibamos a pasar la noche.

   Cuando en un principio Joon me dijo que ibamos a dormir en un Spa no supe como reaccionar. Lo que mas me preocupaba era por cuanto nos iba a salir la broma. No se a vosotros, pero a mi cuando me dicen Spa, me vienen a la cabeza piscinas a diferentes temperaturas, jacuzzis, baños de lodo, incluso me di el lujo de ir pensando en la coreana que me iba a dar los masajes... pobre iluso.

   Empece a sospechar que aquello no iba a ser lo que yo esperaba cuando vi la carretera por la que nos metiamos para llegar al sitio en cuestion. No estaba muy bien asfaltada que digamos y la iluminacion era propia de una pelicula de terror. Mis sospechas continuaron aumentando al llegar al lugar y ver que el "spa" parecia una fusion entre estacion de servicio abandonada y bar de carretera. Aun asi, habia unos cuantos coches en el aparcamiento, lo que indicaba que el lugar era bastante popular, asi que no podia ser muy malo. Pero claro, lo que es popular para un coreano no tiene porque serlo para un español. Solo se que termine de cagar el pantalon cuando Joon me dijo que dejase todas mis cosas en el coche, que la ropa nos la daban ellos. En ese momento comenzaba una de las noches mas surrealistas de mi vida. Ni Spa, ni leches. Aquello era una secta.

   Al entrar nos dieron a cada uno la llave de una taquilla, una toalla 20x40 cm, y el uniforme reglamentario de la secta. Seguidamente pasamos a las duchas comunales para purificar nuestros cuerpos pecadores. Una vez limpios y con el atuendo oficial, fuimos agasajados con una jarra de zumo y 4 huevos cocidos (supongo que era parte del ritual de iniciacion). Tras todos esos preambulos, nos dispusimos a disfrutar de las instalaciones: Sauna caliente, sauna mas caliente, 2 sillones de masaje (adios a la masajista coreana), porche con vistas al aparcamiento, sala del ordenador (mas bien era un armario), rio de agua fria que pasaba junto a la casa, y por ultimo dormitorio comun. Y cuando digo comun me refiero a que todos, hombres, mujeres y niños dormimos apretadinos en el mismo cuarto. Y cuando digo dormitorio me refiero a que todos dormimos en el suelo, sobre unos corchetes mas duros que una piedra, y utilizando troncos de madera como almohadas. Increible pero cierto. Yo no terminaba de creerme donde carajo me habia metido.

   Lo cierto es que a dia de hoy sigo sin creermelo, pero tengo que reconocer que fue una experiencia muy interesante. A la mañana siguiente, y ya bajo la luz del sol, el lugar tenia mucho mejor aspecto. Esta en medio de un parque natural rodeado de una vegetacion preciosa. Incluso nos dimos un baño en el rio antes de irnos.

   Ese dia lo pasamos en otra ciudad un poco mas al norte, visitando una recreacion de un poblado clasico, con especial atencion a su museo del vino. Ya de noche, Joon, su novia y yo nos fuimos en tren a una ciudad dormitorio de Seul, donde ella tiene su apartamento y donde nos quedariamos a dormir durante el resto de mi viaje.




 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 



 




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