martes, 22 de abril de 2008

UN ASTURIANO EN L.A. (Parte 2)

   El segundo dia de nuestra aventura californiana nos despertamos un poco mas tarde que el primero. Es agradable tener unos compañeros de aventura tan dormilones como uno mismo. Ademas nuestros cuerpos necesitaban recuperarse del licor koreano y de unas cervezas que habiamos comprado y de las que dimos buena cuenta en la habitacion del hotel. Como las mujeres (especialmente la tailandesa) necesitaban como una hora para estar preparadas, yo desarrolle la costumbre de bajar a la cafeteria del hotel y tomarme un desayuno de paisano leyendo la prensa: Cafe Starbucks, bolleria del dia, los Angeles Times, y todo ello rodeado de unas 12 azafatas de vuelo de una aerolinea koreana que se hospedaban en el hotel, y que todos los dias bajaban a desayunar cuando yo. Si mi querido amigo Joson esta alli se ahoga con el croissant. Supongo no serian las mismas todos los dias, pero ya sabeis que a los asiaticos cuesta distinguirlos.

   Una vez que mis amigos estuvieron listos nos montamos en el coche y marcamos en el GPS: 10236 Charing Cross (Direccion proporcionada por los servicios de inteligencia de la alianza Calzada-Coto). A estas alturas del viaje yo ya me habia combertido en el conductor oficial, ya que era el unico capaz de conducir y seguir las indicaciones del GPS por mi mismo. El trafico en los Angeles puede acojonar a priori, pero a la hora de la verdad solo nos encontramos algun problema cuando coincidia hora punta. Conmigo al volante del honda no tardamos en llegar a nuestro destino. Me estaba esperando una cita con la historia.

   Que suene el cuerno del Coto!! Que repiquen las campanas en todas las iglesias de Gigia!! Que todo el mundo sepa que uno de los ultimos albondigas, un jinete de la alianza Calzada-Coto, llego hasta las mismas puertas del Olimpo. Cuantos hombres han perdido el juicio al contemplar la grandeza de ese porton? Cuantos hombres han roto a llorar como niños al no poder soportar ni siquiera la mirada penetrante de las figuras de marmol? Yo he estado alli, y he vivido para contarlo. Que se escriban poemas y canciones contando la historia de como Wallace el Blanco honro a su pueblo frente a las puertas de La Mansion Playboy. Hubo quien desde Gigia me pidio que llamase al timbre como ofrenda. La opcion se barajo, pero no hizo falta. Antes de darme tiempo a bajar del coche, el guardia de seguridad ya me estaba invitando a irme dando gritos por el micro. No entendi muy bien lo que me decia, pero creo que amenazaba con soltar a las Playmates.

   Tras mi momento para la posteridad, nos marchamos de alli cagando leches. Ese dia habiamos decidido dedicarlo a conocer la ciudad de los Angeles, asi que nuestro siguiente destino fue Rodeo Drive en Beverly Hills. Aun estoy acojonado con las mansiones que se pueden ver en Beverly Hills. Supongo que sera el lugar del mundo con mas famosos por metro cuadrado, pero la verdad es que nosotros no coincidimos con ninguno. Rodeo Drive es la calle donde estan todas las tiendas famosas (por donde se paseaba Julia Roberts en Pretty Woman). Ahi fue donde aparcamos el coche y nos dedicamos a hacer compras, jajaja. Bueno, quien dice compras dice mirar, y con miedo de no romper nada. Para que os hagais una idea: una chaqueta normal y corriente costaba en Polo Ralph Lauren 1800 dolares. En tiendas como Armani y Valentino ya ni os cuento. Para evitar problemas decidimos hacer dos equipos: el equipo de las chicas y el equipo de los chicos. De esta forma las chicas pudieron dedicar todo el tiempo que quisieron a mirar escaparates, mientras que el equipo de los chicos decidio que lo mejor, despues de pasar una hora en la tienda de Nike, era irse a tomar unas cervezas. Compras al margen, hay que decir que es una zona muy agradable para pasear, y en las tiendas, aunque saben de sobra que no vas a comprar nada, te tratan muy bien.

   Una vez reunidos de nuevo los dos equipos, pusimos rumbo a nustro siguiente destino: El paseo de la fama. Tras una rapida parada para comer en un Mcdonalds, no tardamos en encontrarnos frente a las puertas del mitico Teatro Chino. Ahi es donde estan las pisadas y las manos de los famosos estampadas en el cemento del suelo (las manos de Arnold Schwarzenegger son de grandes como mi cabeza). Practicamente ahi empieza el paseo de la fama, que es una calle muy larga donde estan las estrellas de los famosos en el suelo. Y cuando digo larga quiero decir larguisima. Debe de haber miles de estrellas. Nosotros terminamos cansandonos de caminar y decidimos dar la vuelta. Lo mejor del paseo es el ambiente friki que se respira. Esta lleno de gente disfrazada de personajes para que te hagas fotos con ellos a cambio de una propina. Aunque yo no pago un dolar por hacerme una foto con un tipo vestido de Elvis. Antes de irnos del paseo de la fama, entramos en el Kodak Theater. Ahi es donde se celebra la gala de los oscar y esta muy chulo. Ademas forma parte de un complejo enorme con centro comercial, tiendas y restaurantes que merece la pena ver.

   Ya caia la tarde, pero como aun teniamos tiempo antes de preocuparnos por la cena, decidimos hacer una visita a la Universidad de California, UCLA. Mas que nada para morirnos de envidia viendo el campus, y para tocar un poco los cojones a los universitarios californianos, que al contrario que nosotros, no estaban de vacaciones.

   Tras este parentesis universitario, llego la hora de ir a cenar. Como el dia anterior los koreanos habian compartido conmigo su gastronomia, decidi que yo no podia ser menos. Os recuerdo que estoy aqui en representacion de España, Asturias y Gijon. Asi que busque en una revista de turismo restaurantes de comida española y tras barajar las distintas posibilidades decidi llevarlos a "La Paella". Tras mi desastrosa experiencia en un restaurante español en Belgica tenia muchisimo miedo, pero en esta ocasion todo fue perfecto. El lugar muy acogedor, decorado tipo andaluz, con velas y musica española (faltaria mas). La gente muy agradable, unos valencianos que rapidamente me reconocieron por el acento. Y la comida muy bien. Raciones justas y bien cocinado. Yo tenia pensado invitar a mis compañeros a unas tapas y despues paella, pero viendo el precio del arroz (y la mierda de siempre de que hay que pedir un minimo de dos raciones) preferi dejarlo solo en las tapas. Pero la verdad que fue un exito. Comimos patatas bravas, jamon iberico, chorizo, gambas al ajillo, tortilla de patata, queso manchego y croquetas de jamon. Para beber sangria. Y de postre crema catalana y arroz con leche. En total pague unos 100 dolares, que no es demasiado caro. Y aunque no lo creais lo que mas me gusto de todo fue el pan (pan como el de España).

   Una vez terminada la cena volvimos al hotel. Aunque no lo creais, mi intencion era la de retirarme a dormir, pero aun me esperaba una noche muy larga.  Mi amigo koreano tenia metido en la cabeza que queria conocer alguno de los impresionantes club nocturnos de la ciudad californiana. El hombre se habia traido un dosier entero con documentacion sacada de internet sobre bares de copas, pubs, discotecas... el mas asqueroso bar de la ciudad, el lo tenia documentado. Para terminar de rematar los lugares donde queria ir eran de primera clase, asi que ni corto ni perezoso se habia traido un traje en la maleta. Como veis lo tenia todo calculado, o mejor dicho casi todo... jajaja. La primera señal de que las cosas no iban a salir como el tenia pensado fue el detalle del calzado. Al pobre hombre se le olvidaron los zapatos, asi que ya lo veis todo elegante, con su traje nuevo y con unos playeros Nike que ni Michael Jordan. Bueno, una vez superado el disgusto del calzado nos pusimos en marcha. Como si de un copiloto de rally se tratara el iba introduciendo las direcciones de los bares en el GPS, pero estaba claro que no era su noche. O bien llegabamos al lugar indicado y el bar en cuestion no existia, o bien estaba cerrado, o el GPS se volvia loco, o incluso no existia la direccion. Una odisea. Y claro, para decidir el siguiente intento echaba media hora rebuscando en sus archivos. Logicamente yo me empeze a poner nervioso, pero era imposible hacer nada porque toda la documentacion que traia estaba en koreano. Total, que terminamos en el centro comercial del kodak theater, donde segun el habia una discoteca en lo alto de una torre, que era de un hotel y que.... que si quies arroz catalina. Terminamos en una bolera del centro comercial tomandonos unas cervezas y consolando al pobre hombre que no habia conseguido su sueño de ir a una discoteca en L.A. El disgusto no se lo pudimos quitar, pero... que elegante estaba!!


 

jueves, 3 de abril de 2008

UN ASTURIANO EN L.A. (Parte 1)

   Inolvidable. Asi describiria yo mi viaje a Los Angeles si tubiese que emplear solo una palabra. Por suerte o por desgracia (para aquellos que no os gusta leer) tengo mucho mas que contar. Creo que lo mejor sera que lo cuente por partes.

   Como os habia dicho este era un viaje organizado por unos amigos, y como yo me apunte a ultima hora me tocaba volar por separado. Mi itinerario era: Corpus-Houston (1 hora) y Houston-L.A. (3'5 horas). En los aeropuertos sin problemas, asi que ya llegue a la conclusion de que solo me pasan cosas en España. Los vuelos los pase durmiendo, asi que ni me entere. Lo unico negativo fue un retraso que acumularon mis aviones que me hizo llegar un poco tarde.

   La accion empezo nada mas pisar suelo californiano. Primero me costo un huevo encontrar a mis amigos en el aeropuerto de Los Angeles. El aeropuerto es grande de cojones y hablar por telefono en ingles con un Koreano no es la mejor forma de comunicacion. Asi que hasta que los encontre estaba un poco asustado. La siguiente escena ocurrio cuando nos disponiamos a tomar un autobus para ir a la agencia de alquiler de coches. Ya estabamos metiendo las maletas, cuando empece a oler algo raro. Me olia como a quemado y claro, me puse mosca y frene en seco en la misma puerta. Dentro se veia como humo, y de repente empezaron a salir llamaradas donde el asineto del conductor. Yo no sabia si aquello era kale borroka Kaliforniana o estabamos en el rodaje de una pelicula de accion. Ahi fue cuando comprobe la sangre fria de mis amigos koreanos. Mientras la tailandesa y yo corriamos como en sanfermines, los otros dos permanecian impasibles junto al autobus como esperando al revisor para preguntarle donde ponian sus maletas. Pero bueno, al final no paso nada. Llego otro autobus y pudimos ir a alquilar el coche.

   Tras retirar el coche, un honda muy chulo con apertura en el techo, nos dirigimos al hotel. Lo bueno de viajar con koreanos es que son tecnologia punta. Asi que instalaron su propio GPS y en unos 25 minutos ya estabamos en el barrio koreano buscando nuestro hotel. Al llegar tuvimos que hacer una pequeña trampa porque la habitacion estaba reservada solo para dos personas. Asi que mientras Joon y Pam (koreano y tailandesa) se registraban, Rosa (koreana) y yo dimos un paseo por Koreantown. Serian como las dos de la mañana pero me lleve una buena impresion del barrio. La mayoria de los letreros estaban en koreano, pero los edificioes eran grandes, y no daba demasiada sensacion oriental. Al poco tiempo nuestros otros dos complices en la estafa hotelera nos llamaron desde la habiatacion y por fin nos pudimos ir a dormir.

   El dia siguiente nos pusimos en pie como a las 10 de la mañana. Desayunamos, le pedimos el honda al aparcacoches del hotel y marcamos en el GPS la direccion de: Universal Studios. El resto del dia casi os lo podeis imaginar. Lo pasamos como los indios. Las atracciones que hay en estos parques son algo de otro mundo. No solo son montañas rusas, es la ambientacion. Terminator, Jurassic Park, la Momia, Shrek,... parece que vas de pelicula en pelicula.

   Cuando nos cansamos del parque (aunque parezca increible uno se cansa) decidimos ir a hacernos unas fotos con el famoso letrero de Hollywood de fondo. El problema es que no existe un sitio concreto desde donde fotografiar el cartel, asi que el GPS se volvio un poco loco. Al final terminamos aparcando en una calle desde donde se veia bastante bien y alli hicimos el reportaje fotografico. A esas alturas el dia parecia que no daba para mucho mas, pero aun me esperaba una de las mejores cosas de todo el viaje: La cena en el restaurante koreano.

   Como a esas horas el hambre ya apretaba empezamos a hablar sobre donde ir a cenar. Fue entonces cuando a mi buen amigo Joon se le ocurrio invitarnos a un restaurante koreano. En principio el plan no me parecio ni bueno, ni malo. Yo lo que tenia era hambre. Asi que me empeze a poner nervioso a medida que pasaba el tiempo y mi amigo asitico no terminaba de decidir a donde llevarnos (son tecnologia punta, pero para tomar una decision echan un minimo de media hora). Yo le decia: cagonlaleche Joon! estamos en Koreantown!! entramos al primer chiringuito y comemos lo que sea!!! Pero el sabia de sobra lo que estaba buscando: Korean BBQ. Por fin encontramos el sitio, y menudo acierto. Nada mas entrar por la puerta mis amigos empezaron a hablar con los del restaurante en koreano y yo ahi ya me perdi. Solo se que nos sentaron en una mesa que tenia una especie de plancha en el centro y empezaron a traer cosas: ensalada, sopa, verduras troceadas, champiñones, salsas de todo tipo, una especie de tortilla,... sobre la mesa habria como unos 20 platos con cosas diferentes. Entonces llega la camarera y se pone a cocinar la carne sobre la plancha. Menuda carne!! Cojonuda! yo pregunte y me dijeron que era ternera (quiero pensar que no me mintieron), pero estaba buenisima. La dejaba hacerse un poco y luego la cortaba en tiras con unas tijeras. El truco estaba en coger una tira de carne con los palillos y mezclarla con cualquiera de los ingredientes que habia sobre la mesa. Cada bocado era un sabor nuevo y exquisito. Para beber nos pusieron una especie de te caliente, pero luego, como es costumbre en korea, cenamos con Soju. El soju es un licor de unos 20 grados, que se toma como si fueran chupitos y de un trago. El sabor es agradable, y viene a ser como si rebajas vodka con agua. No me queda mas remedio que reconocerlo: cayeron varias botellas. Como mi amigo veia que yo estaba disfrutando como un enano, decidio impresionarme un poco mas y encargo uno de los platos mas populares de korea para terminar de acojonarme. En esta ocasion se trataba de una especie de cangrejo gigante, tamaño ñocla, macerado en una especie de vinagreta hecha con salsa de soya. El tio quedo acojonado al ver la soltura con la que yo comia aquel animal, chupando patas y sacando las huevas del carro. Habre comido yo pocos centollos a lo largo de mi vida... El bicho estaba rico, no os quiero mentir, pero asustaba un poco el hecho de que estaba completamente crudo!!! Pero bueno yo comi y bebi como un gochin, que es lo que se supone debe hacer todo asturiano cuando lo invitan a comer.