No eran héroes. Ni pretendían serlo. Simplemente se encontraban en aquel lugar en aquel momento.
Aun recuerdo aquella noche, y todo lo que ocurrió después. Demasiadas cosas. Muchos dirán que se trató simplemente de otro festival de la sardina. Que aquellos hombres habían estado bebiendo sidra y que esta imagen no representa nada. Pero los que estuvimos allí sabemos la verdad.
No importa la identidad de los que alzaron aquella bandera. Lo que importa es el sacrificio de todos los que allí estaban. Hombres valientes llegados de distintos lugares, dispuestos a sacrificar un día de sus vidas por beber unas sidras y cenar las mejores sardinas. Eso es lo que representa esta imagen. Eso es lo que permanecerá inmortalizado gracias a esta fotografía.
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